Diseño en acción, la moda en Fundación Proa


Diseño en acción, intersecciones contemporáneas es la última propuesta de Fundación Proa. Las preocupaciones con respecto al diseño nacional actual son el epicentro de la muestra que debate sobre la contemporaneidad de disciplinas centrales de la cultura visual como la arquitectura, la cerámica (en su producción artesanal e industrial) y el diseño de indumentaria.


La  exposición aborda el modo por el cual el diseño se planta frente a las decisiones legislativas con respecto al desarrollo de la cultura urbana, a las problemáticas medioambientales imperantes y a la mano de obra de dichas prácticas. La primera sala, dedicada a la arquitectura, está curada por Martín Huberman. Una serie de instalaciones nos develan  las consecuencias directas en la vida cotidiana provocadas tanto por las leyes que prometen utópicas capacidades transformadoras como por el obrar individual de cada persona de nuestro país.

La segunda, titulada Horizonte Cerámico y curada por Olga Martínez, alberga piezas de cerámica con la intención de rescatar el quehacer artesanal, mostrar su incidencia en el plano industrial y reivindicar el diseño y el creador. La última sala, la del segundo piso, es testigo de 8 piezas textiles de diseñadores locales que ofrecen un paneo sobre las preocupaciones del diseño argentino contemporáneo, en palabras en su curadora María Laura Carrascal. 


Una de las patas de la muestra es la investigación realizada por Mónica Pujol que hace foco en la conceptualización de las prácticas del diseño a partir de la posibilidad de analizar las producciones en su diversidad desde sus vínculos con la economía, la política y la sociedad. Asimismo, plantea abordar las prácticas del diseño evitando las definiciones regulatorias que puedan dejar de lado las ricas expresiones que actualizan el campo del diseño actual y que no suelen estar legitimadas por no representar el canon.


Este último punto es interesante para analizar el modo por el cual entonces la moda, en paralelo con la arquitectura y la cerámica, es el objeto de estudio y exhibición en uno de los museos más visitados de Buenos Aires. Cabe preguntarse qué expresan estas prendas para valerse de un lugar en una sala de museo. ¿Dan cuenta del estado de situación del diseño  local? ¿Son obras de arte que merecen ser contempladas cual esculturas? ¿Es arte textil?

Es indudable que la tendencia a incluir indumentos en museos no es una novedad. De hecho, desde siempre que los museos poseen prendas de vestir y accesorios, ya sea como piezas de análisis social y antropológico o por donaciones o en museos de arte decorativo para relatar alguna época o estilo en particular. Sin embargo la oferta de exhibiciones de moda va in crescendo año a año. Si bien esto ocurre con mayor asiduidad en ciudades como Nueva York, Londres y París, a nivel local hay ejemplos concretos que merecen ser estudiados.

De hecho, María Laura Carrascal, la curadora del ala de moda en Diseño en acción, intersecciones contemporáneas, fue la curadora de la exquisita exhibición Magia Negra (2016) en Fundación Osde con vestibles de Pablo Ramírez y fotografía y visuales de la pareja Val - Musso. También se puede recordar la retrospectiva de Gino Bogani en el Centro Cultural Recoleta en 2013 o la muestra de Mary Tapia en el Museo del traje de Buenos Aires en 2018. Sin embargo, en esta oportunidad lo que ocurre es otra cosa. La propuesta no recae en el hacer aurático de un determinado autor sino en narrar el modo por el cual el diseño responde a las problemáticas en agenda.

Vanesa Krongold

Marina Gryciuk

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Quier


Porque como todavía hace falta aclarar, el diseño, en igualdad de condiciones con el arte, no debe de ser considerado externo a la vida cotidiana. El diseño se vuelve constitutivo de las prácticas del día a día, desde el punto de vista práctico y utilitario, claro que sí, pero fundamentalmente como medio expresivo para explorar nuevas posibilidades de sentir, pensar, problematizar, de hacer. Ahí está el quid de la cuestión. Cómo estos diseñadores se hacen eco de la actualidad y la batallan.

Apenas uno ingresa al segundo piso el escenario se vuelve casi de ciencia ficción. Paneles negros y luces led resguardan los habitáculos donde se posan cada uno de los trajes. El recorrido propone ir adentrándose en la visión de cada diseñador haciendo foco en la textura: Matías Hidalgo y su mix de cuero metalizado y tejidos en algodón o el bolero de caucho de la marca MUTA; los colores: el vestido en tejido industrial color naranja flúo de Vanesa Krongold;  y las formas: los mamelucos amarillos desmontables de Kostume.

Kostume

Matías Hidalgo

Luego, al prestar atención al detalle de la composición y morfología de cada propuesta se percibe una conjunción de técnicas y materiales que responden a cuestiones de cuidado medioambiental, prestando especial atención a la sostenibilidad y la mano de obra, a la incorporación de nuevas tecnologías y fusiones que se generan, a las múltiples posibilidades de transitar el cuerpo y el género y también al nuevo paradigma de lujo y consumo consciente que late cada vez más fuerte en la escena local.

Muta


Diseñadoras como Lucía Chain, comprometidas con dar batalla a los impactos medioambientales y al consumo extremo a partir de una morfología atemporal con especial cuidado en toda la cadena de producción, habilita pensar otras posibilidades en relación al textil. En el otro frente, Nous  Etudions muestra las infinitas posibilidades de trabajo con materiales sintéticos, haciendo uso de las herramientas tecnológicas para crear piezas vanguardistas.

Chain

Nous Etudions


La morfología de Pablo Ramírez  y su casi monocromático uso del color evidenciarán el claro estilo de autor capaz de confrontar tendencias como otro modo de hacer política. Porque en definitiva, la moda en la contemporaneidad se desmarca de lo frívolo y lo banal para, en sintonía con el arte, realzar su factor contestatario, su capacidad trasformadora y ofrecer un abanico de posibilidades para quien quiera tomarla como herramienta de cambio, ya sea en una fotografía, un desfile, una vidriera, en la calle o en un museo.

Pablo Ramírez


Fotos: Sara Peisajovich

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