La moda en el cine
El arte del cine. Diseño de
vestuario, de Deborah Nadoolman Landis, traducción al castellano de
Remedios Dieguez Dieguez, Buenos Aires, Ed. Blume, 2014.
“Las sutilezas del diseño de vestuario van mucho más allá del corte de
una manga de época; llegan hasta el alma misma del personaje”, sentencia
Deborah Nadoolman Landis, editora del último libro de la serie El arte del cine. En esta oportunidad la
editorial Blume accedió a darle un espacio al oficio quizás más relegado dentro
de la industria cinematográfica.
Después de lanzar Dirección de fotografía cinematográfica, Edición y montaje cinematoráficos y Dirección cinematográfica, pusieron en manos de quien fue la creadora de la mítica campera de cuero roja usada por Michel Jackson en su video Thriller, la edición de este ejemplar. Nadoolman Landis, quien escribió casi una decena de libros dedicados al diseño de vestuario, en esta oportunidad reúne escritos que enmarcan la visión, experiencia e inspiración de casi una veintena de reconocidos diseñadores de vestuario.
Después de lanzar Dirección de fotografía cinematográfica, Edición y montaje cinematoráficos y Dirección cinematográfica, pusieron en manos de quien fue la creadora de la mítica campera de cuero roja usada por Michel Jackson en su video Thriller, la edición de este ejemplar. Nadoolman Landis, quien escribió casi una decena de libros dedicados al diseño de vestuario, en esta oportunidad reúne escritos que enmarcan la visión, experiencia e inspiración de casi una veintena de reconocidos diseñadores de vestuario.
Las doscientas páginas que
completan el libro se dividen entre escuetas biografías de cada diseñador junto
con sus respectivas entrevistas y bocetos de sus trabajos más destacados. Sin
duda, las fotografías toman un rol protagónico. A modo de album familiar, cada
fotograma podría dejar sin aliento a su espectador. Es que la fuerza de la
imagen y la extensa selección habilita cualquier tipo de recuerdo y viaje a
través del tiempo sin cesar. Se recrean los infinitos estilos que quedan
impresos y delineados en piezas pensadas por los diseñadores, que quizás sin
proponérselo, inmortalizan los distintos personajes de ficción, habilitando
luego una futura tendencia de indumentaria e imponiendo usos y hábitos que logran
insertarse en las corrientes de cambios sociales de una época.
Claro ejemplo es el caso de Iris,
el personaje de Jodie Foster en Taxi
Driver que le sirvió de inspiración a Marc Jacobs para crear una de sus
colecciones repleta de shorts y plataformas, o los “trench” que cubrían a
Humprhey Bogart en Casablanca que catapultaron
a Burberry como indiscutida marca. El caso del vestido negro y los anteojos al tono
de Holly Gollightly, caracterizado por Audrey Hepburn en Desayuno
en Tiffany´s es uno más de los que se suma a la lista, sin olvidarnos de
las polainas o los remerones oversize de Jennifer Beals en Flash Dance o el look masculino de Annie Hall, interpretado por
Diane Keaton compuesto por camisas, chalecos y zapatos de hombre. Las
creaciones de los diseñadores de vestuario atraviesan no sólo a las películas
sino a lo cotidiano de una sociedad y muchas veces, como deja en claro Ellen
Mirojnick, diseñadora del look de Sharon Stone en Bajos Instintos, su reconocimiento pasa inadvertido: “El diseño de vestuario
es la profesión más incomprendida de la industria cinematográfica. Nadie repara
en la contribución del diseñador de vestuario a la película”.
Cada uno de los protagonistas del libro, al
igual que Mirojnick, plantea qué visión tienen de la industria cinéfila en
relación con su labor, dejando en claro, la mayoría, lo demandante y agotador
que puede ser conjugar y hacer carne las ideas y necesidades de exitosos
directores, con el poco tiempo de producción que se tiene para desarrollar el
vestuario de una película, sin detenerse en los malabares que casi siempre
deben hacer con el bajo presupuesto destinado al vestuario. Del mismo modo,
relatan las peripecias a la hora de crear legendarias prendas como lo fue el
traje de Cristopher Reeve en Superman: la
película.
Por último, los segmentos
dedicados al Legado, definen las bases del diseño de la época dorada de Hollywood
y cómo se las ingeniaban para llevar a cabo su profesión con un tercio de lo
que es ahora la monstruosa industria cinematográfica. Historias de Bette Davis
o Marilyn Monroe completan el bosquejo para adentrarnos en lo que implicó e
implica el diseño de vestuario en el cine hollywoodense. Cuesta dejar de leerlo
y de admirar las fotografías que ocupan cada hoja de un libro que es más que un
simple adorno de tapa dura para vestir una mesa de living. Es un ejemplar para
disfrutar y sumergirse en el coloreado mundo del diseño de vestuario del
séptimo arte.
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