Entrevista: Laura Valenzuela
Entrar al atelier de Laura Valenzuela
es sinónimo de bucear en ese mundo que supo crear tras largos años de trabajo,
amor y dedicación. Recorrer esos metros del pasaje Rue des Artisans, es
sinónimo de viajar por otro lugar, a uno más romántico y antiguo. Tocar el
timbre H es el segundo paso para
adentrarnos en ese ambiente del recuerdo,
donde los vestidos cuelgan como tesoros de antaño, donde los libros de diseño
de moda, fotografía y decoración se amontonan en la potente biblioteca del
fondo y la luz de la mañana se cuela por el ventanal donde un par de turistas
son conquistadas por unas tiaras que por ahí se asoman. Entran, le hacen unas
preguntas mitad en inglés y mitad en castellano, ella les responde del mismo
modo y luego de pedirle los datos para un próximo contacto desaparecen en el
horizonte. El teléfono no para de sonar, pero le da tiempo para preparar un
exquisito te con miel y sentarse a conversar sobre su vida, su carrera como
diseñadora de indumentaria y lo que opina del actual diseño argentino.
¿Dónde nació la vocación por el diseño de indumentaria?
En realidad, empecé a estudiar diseño gráfico en la UBA
porque mi papá y mi abuelo tuvieron imprentas toda su vida. Yo estaba mucho en
la imprenta, convivía con el olor al papel, el diseño gráfico y además siempre
me gusto mucho el dibujo. Ese contacto con las ediciones de arte que imprimían,
el diseño gráfico, el papel, me hizo seguir la carrera. Pero mientras estaba en
el CBC, apareció la carrera de diseño de indumentaria y pensé que si yo iba a
ser buena en diseño gráfico quizás en esa carrera iba a ser mejor. También
pensé que al ser una carrera que recién iniciaba, podía explorar y abrir
camino. Así que sin pensar mucho, me cambié. Y eso que no me gustaba la ropa,
ni era una fashion victim, sino que
me gustaba el diseño. Quería investigar algo nuevo, diseñándolo.
¿Cómo terminaste dedicándote a los trajes de novia?
Eso se fue dando naturalmente. Cuando
abrí mi primer casa de diseño me había asociado con un amigo y empecé a hacer
una línea de ropa de piezas únicas y muy raras. Teníamos mucha prensa porque
éramos los primeros diseñadores que salíamos a las calles, fue una excelente
experiencia. No tanto comercial, porque yo fui una diseñadora media atípica, a
mi me gustó siempre el reciclaje de cosas antiguas, de piezas únicas, el
detalle, estaba muy fuera de la moda como negocio. Entonces se empezó a dar naturalmente que me
pedían que les haga el vestido de novia porque era muy detallista y bueno, se empezó
a dar así. El primer vestido de novia que hice fue para una alumna de la
facultad y fui creciendo hasta la época del 2001 que hacía muchos vestidos y
estaba a full.
Y se ve que lo disfrutas mucho, ¿fueron varios años de trabajar en
medida, no?
Sí, sí muchísimo porque el diseño de
novias implica el diseño de una pieza única y estas muy concentrada en una sola
unidad y eso hace que puedas dedicarte con más tiempo. Hace ya más de tres años
que no hago desfiles, el último fue en el 2010 en Nueva York donde fui
seleccionada para estar en el Mercedes Benz
Fashion Week, y cuando volví también estuve seleccionada para el Fashion Edition del hotel Faena. Después
de eso quise bajarme de la movida colecciones, viajes, desfiles, de esa vorágine
y locura y empecé a dedicarme más a medida. Ahora me surge la idea de dedicarme
a piezas únicas, o al reciclaje, a dar
clases de esas cosas y separarme un poco de la medida.
¿A qué le atribuís ese cambio? ¿Seguir tu instinto? ¿O no acoplarse al
estilo reinante de los eventos de moda actuales?
Yo creo que la edad es un tema en
cuestión, ya tengo 44 años, y por eso ahora quiero hacer un pequeño cambio y
quizás meterme en el diseño de objetos, de casas, empezar a investigar otras
cosas para disfrutar más mi creatividad.
Si no, siento que estoy en una etapa muy quedada que me pasó porque me dediqué a full a hacer colecciones, entonces la potencialidad más grande de mi creatividad la tengo guardada. Quiero ver si para el año que viene hago un pequeño cambio y empiezo a meterme en otras cosas. Con respecto a los eventos de moda, por un lado creo que los Bafweek del comienzo no eran lo que son hoy. Hoy en día son más comerciales. El tema de la poética y el diseño se fue perdiendo o está inventado por las creadoras para crear un clima de universo lúdico pero no creo que sea la esencia verdadera de los diseñadores que se presentan. Yo ni fui al último, no me interesó ir. Sí creo que van a estar por salir y explotar otras células donde se van a mostrar diseñadores verdaderos, vas a ver que va a pasar, o que se concentren dos diseñadores y hagan algo nuevo, digo, va a pasar porque está en el aire. Igualmente yo tengo propuestas para estar en el Bafweek y de reunir las condiciones necesarias, para evitar lo que me pasó años anteriores donde salía todo de mi sola y fue mucho stress y mucho dinero, lo haría. Pero así, sólo con un sponsor me podría presentar.
Si no, siento que estoy en una etapa muy quedada que me pasó porque me dediqué a full a hacer colecciones, entonces la potencialidad más grande de mi creatividad la tengo guardada. Quiero ver si para el año que viene hago un pequeño cambio y empiezo a meterme en otras cosas. Con respecto a los eventos de moda, por un lado creo que los Bafweek del comienzo no eran lo que son hoy. Hoy en día son más comerciales. El tema de la poética y el diseño se fue perdiendo o está inventado por las creadoras para crear un clima de universo lúdico pero no creo que sea la esencia verdadera de los diseñadores que se presentan. Yo ni fui al último, no me interesó ir. Sí creo que van a estar por salir y explotar otras células donde se van a mostrar diseñadores verdaderos, vas a ver que va a pasar, o que se concentren dos diseñadores y hagan algo nuevo, digo, va a pasar porque está en el aire. Igualmente yo tengo propuestas para estar en el Bafweek y de reunir las condiciones necesarias, para evitar lo que me pasó años anteriores donde salía todo de mi sola y fue mucho stress y mucho dinero, lo haría. Pero así, sólo con un sponsor me podría presentar.
O sea que sería cuestión de organizarse un poco mejor, pero la idea de
mostrar tus colecciones en la semana de la moda de Buenos Aires sigue
interesándote…
Yo creo que es un tema también de la
experiencia y de la edad que uno tiene porque yo ya viví la loca de los veinte de
estar en todos lados, y de viajar y ganar premios y hacer desfiles. Esa es como una energía que uno tiene cuando
es más chico. Cuando ya pasa el tiempo te das cuenta que quizás antes no
pensaba si perdía plata o no, ahora soy más pensante y entonces evalúo mejor
qué es lo que quiero hacer y dónde o cuándo.
Tu estilo se caracteriza por el
reciclaje de prendas, el delicado trabajo con los textiles, con el rescate de
lo antiguo o el vintage intervenido.
¿Qué es lo que te inspira a la hora de confeccionar una pieza de diseño?
La inspiración siempre es el pasado,
es lo que tiñe todas las impresiones que yo decido tener, me inspira mucho
porque en el pasado descubro cosas que no puedo creer que se hayan hecho antes.
Las terminaciones de algunas prendas previas a los años 50, o los bordados a
mano, así como también la calidad de las telas. También me sirven de
inspiración la fotografía antigua que colecciono, o los objetos también me
inspiran. Me parece que todo eso me habla de mucho respeto de las cosas que se
hacían, cosa que ahora no veo en las
cosas de plástico que hay en once, como para darte un ejemplo antagónico. Todo
aquello me genera una poesía y unas ganas de jugar con esas sensaciones que te
llevan a rememorar algo del pasado que me parece súper gratificante y como de
mucho contenido para trabajar. Y después todo lo que es textura, me inspira
mucho lo textil. Quizás yo empiezo una colección ya pensando más en la
combinación de la textura y colores que en la pieza en sí. Por eso en mis
diseños no trabajo mucho la moldería, la estructura de la prenda no es lo que
me gusta sino su textura y sobre todo que esa prenda en lo posible transmita un
mensaje sutil por cómo está hecha y por la combinación de materiales.
¿Sos de consumir revistas o blogs de moda? ¿Qué opinión te merecen?
No, para nada. Cuando compro revistas
son de decoración e importadas. Me dan mucha inspiración. Disfruto mucho de ver
revistas de decoración de afuera, me encantan. Suelo estar mucho más atenta a
lo que es decoración que a lo que es moda, moda no miro nada ni por internet.
Pienso que las revistas de moda en general, la mayoría no tienen profundidad,
son revistas muy frívolas que siguen tratando a la mujer como un objeto de
consumo y me da mucha lástima. No hay como una reflexión detrás de las cosas.
Justo antes de ayer fui a una charla de sustentabilidad textil y salió el tema
del exceso de hiper consumo, las mismas revistas te llevan a un hiper consumo
que en realidad es un circulo vicioso porque la moda te lleva a usar y tirar,
ahora se usa, ahora no, te lleva a la angustia de estar todo el tiempo vestido
a la última moda, y a la del dinero, ya que para estar a la moda tenés que
estar gastando a cada rato. Por eso yo nunca fui una diseñadora de moda, sino
de diseño. No estoy de acuerdo con eso, me parece que no nos ayuda como seres
humanos y que ubica a la mujer en un lugar como una persona sólo de hiper consumo.
Con respecto al cuidado del planeta, ¿qué implica para vos la
sustentabilidad en el diseño de indumentaria?
Es un poco cambiar el corazón del
hombre, empezar a ser menos egoístas, pensar en el otro, en el planeta,
sabiendo que vas a ganas menos de lo que ganabas. Cómo decía Susana Saulquin, en
la charla: acá la decisión la tiene el consumidor. No sólo para elegir las
prendas por si son ecológicamente responsables, sino también en el caso del
trabajo responsable con respecto a los talleres clandestinos.
¿Vos estás muy alejada de eso?
Si, total. Jamás
tuve que trabajar con ningún taller. En mi caso sería imposible porque hago
vestidos de alta costura, necesitaría de una modista que este tranquila en su
casa y por eso se les paga muy bien. Pero creo que de a poco hay que ir
concientizando a la gente. Primero porque hay mucha gente que no sabe y segundo
porque los que saben quizás se hacen los que no porque pagan 5 en vez de 30….
Es un trabajo de todos, pero sobre todo del consumidor.
¿Qué opinás del diseño nacional actual?
Por el premio MAD otorgado por la
AAMNAD (Asociación de Amigos del Museo Nacional de Arte Decorativo) yo estuve
en contacto con algunos, pero sino no suelo estar en contacto con los nuevos
diseñadores porque no estoy dando clases. Creo que todavía falta un poco de
diseño del detalle textil, mas investigación de cómo se cosían las cosas antes,
como se unían, cómo se bordaban. Eso no se estaría viendo para mi gusto, y
también quizás me gustaría ver como una identidad más fuerte, del tipo de no me
importa nada, yo soy esto y hago esto. Está todo muy tamizado por la tendencia
mundial. También veo que las carreras están formadas por docentes que apenas se
recibieron y ya están dando clase, antes tenías un artista visual súper loco,
un diseñador, una socióloga, un fotógrafo. Creo que tampoco hay un espacio
donde estén reunidos buenos docentes con experiencia, distintos entre sí que
puedan enriquecer al alumno.
Con relación al premio MAD ¿qué fue lo que más te significó de ser parte?
Y ¿Qué opinás del diseño de indumentaria en el museo?
Lo que más me interesó fue la idea de
apadrinar algo nuevo, más que mostrar lo mío. Me encantó elegir en base a todas
las carpetas con quien me sentí identificada y también el proceso de guiar a
Paula, la chica que seleccioné. Eso de ir juntándonos y de pulir lo que ella me traía, fue un
trabajo de ida y vuelta muy lindo. Es más ahora le propuse hacer algo en
conjunto. Igual siempre mostrar un diseño en un museo es espectacular, mostré
en Proa, en la Colección de arte de Amalia Lacroze de Fortabat, en el Centro
Cultural Recoleta. Esa experiencia ubica o eleva el diseño de ropa en otro
nivel. Es una tendencia mundial de mostrar no solo pinturas sino diseño
contemporáneo, ropa, objetos y Argentina no se quiere quedar atrás.
Comentarios
Publicar un comentario